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ClientEarth

1 de diciembre 2023

Cambio climático

Guía de ClientEarth para la COP28: lo bueno, lo malo y lo que queremos ver

En noviembre de 2023 se celebra la 28ª COP, o Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático, en la ciudad de Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Al igual que en anteriores COP, los líderes mundiales se reunirán para hacer balance de los avances (o la falta de ellos) en la lucha contra la crisis climática, y para comprometerse a seguir avanzando.

Las COP se celebran todos los años, y son el escenario de momentos climáticos vitales como el Acuerdo de París de 2015, que abrió un nuevo régimen climático internacional para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, un acuerdo que se sustentó en la confianza entre los Estados de que todos cumplirían este compromiso. Este año, ClientEarth enviará una pequeña delegación para seguir de cerca las negociaciones e informar sobre los progresos realizados.

¿Por qué es importante la COP28?

No es ningún secreto que la COP28 será la más controvertida hasta la fecha.

Esta COP se celebra en un "petroestado" y con el presidente de la compañía petrolera estatal de los Emiratos Árabes Unidos como presidente de la COP28 de este año. Este presidente, sólo pide una reducción de las emisiones globales, en lugar de la eliminación de los combustibles fósiles que tan desesperadamente necesitamos. Por ello, muchos expertos dudan de que este año se logre un acuerdo sobre la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.

A esto se le une que los acuerdos alcanzados en anteriores COP apenas han registrado avances, a pesar del aluvión de promesas de cero emisiones netas que se produjeron tras el Acuerdo de París de la COP21. Muchas naciones ricas siguen beneficiándose de la explotación o apertura de nuevos yacimientos de petróleo y gas, a la vez que piden públicamente un progreso más rápido por parte de otras menos ricas. Ejemplo de esto es la exigencia a esas naciones menos desarrolladas que son las menos responsables de la crisis climática y a las que más duramente les afecta.

A pesar de que en 2009 las naciones ricas se comprometieron a destinar 100.000 millones de dólares anuales a la financiación climática de aquí a 2020, con el objetivo de ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al cambio climático, esto no ha servido para que las naciones del norte global alcancen este objetivo.

En los últimos años, la UE ha asistido al debilitamiento del Reglamento de Restauración de la Naturaleza y a la integración de más excepciones y exenciones en su legislación. Todavía no existe una postura coherente sobre el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles, y el gas fósil se ha etiquetado como "verde".

En el Reino Unido, a pesar de acoger la COP26 en 2021, se ha retrocedido en los compromisos sobre vehículos eléctricos y calderas de gas. Por ello, nos hemos visto obligados a presentar otra demanda contra el gobierno británico, ya que su nueva estrategia de cero emisiones sigue sin ser lo suficientemente buena.

No es de extrañar que la tendencia a incumplir y dar marcha atrás en los compromisos, ponga en duda la validez de esta COP y de las futuras. Estas promesas incumplidas han debilitado la confianza entre los Estados y dentro de ellos, y han provocado que personas de todo el mundo pierdan la confianza en el proceso y en la capacidad de sus líderes para hacer frente al avance de la crisis climática.

Entonces... ¿por qué vamos?

A pesar de este panorama tan sombrío, creemos que la COP28 es una herramienta vital para movilizar la acción mundial contra la crisis climática. El cambio climático no es un peligro lejano; está ocurriendo ahora, y está afectando a más personas en más lugares del mundo que nunca.

La COP28 debe aprovecharse como un momento urgente y necesario para impulsar acciones innovadoras y decididas que rompan con el peligroso status quo que nos ha conducido hasta aquí. Tenemos una oportunidad fundamental para coordinar una acción a escala mundial contra el cambio climático y debemos aprovecharla.

La COP28 también es el escenario del último "balance mundial", que se realiza cada cinco años. Se trata de un proceso para que los países y las partes interesadas evalúen si están avanzando colectivamente hacia el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.

El balance mundial de la COP28 ofrece una oportunidad crítica para volver a empezar. Es una oportunidad para acelerar la acción y la ambición climáticas a través de la cooperación y la colaboración internacionales, y responsabilizar a más empresas.

Necesitamos ver promesas ambiciosas y acciones reales y significativas en la COP28. Con tantas promesas y compromisos incumplidos tras las COP a lo largo de los años, pedimos que los Estados y las empresas cumplan compromisos como este para reconstruir la confianza en la COP y en la acción climática. Y por eso es tan importante que estemos allí.

¿Qué queremos ver en la COP28?

Por encima de todo, necesitamos ver esfuerzos radicales para reconstruir la confianza en la acción climática mundial, no sólo a través de más palabras y promesas, sino mediante la adopción de medidas reales para reducir las emisiones, aumentar la resiliencia, hacer frente a las pérdidas y daños, y movilizar la financiación climática.

Los gobiernos deben invertir dinero y esfuerzo en mitigación y adaptación, en lugar de pagar mucho más adelante por los devastadores impactos del cambio climático. Y deben adoptar las políticas adecuadas que permitan invertir en energía verde y eliminar progresivamente los combustibles fósiles.

Por eso, en la COP28, pedimos que se apliquen las normas adecuadas, las leyes climáticas nacionales adecuadas, las políticas adecuadas y las iniciativas de derecho internacional adecuadas. Todo esto para eliminar progresivamente los combustibles fósiles, apoyar a las comunidades más vulnerables y garantizar el progreso en el mundo real.

Queremos ver avances reales y significativos en tres áreas clave:

Eliminación progresiva de los combustibles fósiles y lucha contra el "greenwashing" 

El "greenwashing” (empresas que utilizan la publicidad para presentarse como más respetuosas con el medio ambiente de lo que realmente son) va en aumento. Se engaña al público sobre el daño que causan estas empresas y sus productos. Esto amenaza el clima y el progreso económico, y tenemos que trabajar juntos para garantizar que los agentes malintencionados no sean la fuerza motriz del debate público.

La ciencia es clara: la quema de combustibles fósiles tiene consecuencias devastadoras para la salud, la sociedad, el medio ambiente y la economía. Sin embargo, la industria de los combustibles fósiles recurre en gran medida a las relaciones públicas, la publicidad y el patrocinio, para engañar al público y a los responsables políticos, sobre el daño que causan estas empresas y sus productos.

Los gobiernos deben aplicar las normas y políticas adecuadas para acabar con el "greenwashing" de las empresas, de modo que éstas ya no puedan engañar al público sobre su sostenibilidad, y se puedan realizar esfuerzos para reducir la demanda de combustibles fósiles.

Leyes sobre el clima

Como continuación de la COP28, necesitamos que las naciones adopten y refuercen leyes climáticas ambiciosas, progresistas y basadas en la ciencia para implementar los compromisos que asumieron como parte del Acuerdo de París, antes de la COP30. Estas leyes deben incluir objetivos provisionales y a largo plazo que exijan reducciones absolutas de todas las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero.

Las prácticas también deben cambiar para que los Estados estén obligados a tener en cuenta los objetivos climáticos nacionales y la mejor ciencia climática disponible en su toma de decisiones, en particular, cuando se trata de nuevas infraestructuras, de inversión y apoyo públicos.

Apoyo a los más vulnerables frente al cambio climático

Hay tres opiniones consultivas pendientes ante cortes y tribunales internacionales: la Corte Internacional de Justicia, el Tribunal Internacional del Derecho del Mar y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, todas ellas en busca de aclaraciones sobre grandes cuestiones jurídicas acerca de cómo deben abordar los Estados el cambio climático según el derecho internacional.

Esto significa el siguiente paso en el progreso de la cooperación climática internacional: después de desarrollar procesos y normas internacionales para la acción climática, ahora es el momento de la interpretación jurídica por parte de los tribunales.

La COP28 es un momento decisivo para que el derecho internacional se desarrolle en materia de cambio climático, y determine cómo el marco jurídico internacional tendrá en cuenta los derechos de los pequeños Estados insulares y las comunidades más afectadas.