La sociedad civil advierte de que los Estados miembros están dispuestos a debilitar la propuesta de legislación sobre calidad del aire

La sociedad civil alerta de que la posición del Consejo de la UE sobre la propuesta de Directiva de Calidad del Aire Ambiente (AAQD, por sus siglas en inglés) ignora la ciencia y rebaja la ambición de una legislación que salvará vidas

El pasado jueves 9 de noviembre de 2023, el Consejo adoptó su posición negociadora sobre la propuesta de AAQD, asestando un golpe significativo a los esfuerzos encaminados a reforzar las normas de calidad del aire en la UE.

Aunque la posición del Consejo permite avanzar las negociaciones sobre la ley, ignora tanto la ciencia sobre los impactos de la contaminación atmosférica como el análisis sobre la carga económica que representa

La posición del Consejo introduce un gran número excepciones y oportunidades para que los Estados miembros puedan posponer el plazo de cumplimiento de las normas de calidad del aire de 2030 a 2040 y aún más allá. Este y otros elementos preocupantes socavan por completo el marco jurídico.

Si la posición del Consejo llegara a la legislación final, el resultado consistiría en normas jurídicas que no constituirían más que la fachada de una directiva privada de toda eficacia.

Margherita Tolotto, Directora de Política del Aire de la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB, por sus siglas en inglés), ha declarado:

"Estamos muy preocupados por la posición negociadora del Consejo y lamentamos constatar el esfuerzo de algunos grandes Estados miembros para debilitar el texto. Está claro que no han trabajado pensando en la salud de sus ciudadanos. Hasta ahora se ha hecho muy poco para cumplir los objetivos de calidad del aire existentes, y la posición del Consejo demuestra que los Estados miembros se comprometen a hacer muy poco en el futuro. A quienes sufren la contaminación atmosférica se les ha dicho que no importa; que lo importante para muchos Estados miembros es que se les permita evitar este problema hasta 2040 o más allá y eludir cualquier procedimiento de infracción."

Emma Bud, abogada de ClientEarth, ha declarado:

"Con su posición negociadora, el Consejo ha dejado claro su desprecio por la salud de los europeos. Aunque a primera vista el Consejo está de acuerdo con los límites legales propuestos por la Comisión, ha introducido amplias excepciones que implican que los ciudadanos podrían estar expuestos al aire tóxico hasta 2040 o incluso más allá. Destaca especialmente la propuesta de que las personas que pertenecen a comunidades socioeconómicamente desfavorecidas deban esperar para respirar aire sano. Esta versión de la ley no protegería en absoluto a los europeos y constituiría una mancha en el historial de salud pública del bloque."

Zachary Azdad, responsable de Política de Vehículos de Transport & Environment, ha declarado:

"Estamos muy decepcionados con el nivel general de ambición acordado por los Estados miembros. Retrasar el cumplimiento al menos 10 años después de 2030 ignora voluntariamente la necesidad urgente de tomar medidas para reducir la contaminación atmosférica en nuestras ciudades. Da luz verde a los vehículos diésel y de gasolina para seguir contaminando durante los próximos años.”

Ebba Malmqvist, de la Secretaría de Contaminación Atmosférica y Clima (AirClim), ha declarado:

"Nos entristece escuchar que las personas con menos ingresos, que ya están pasando apuros, podrían tener que esperar hasta 2040 y aún más allá, para respirar un aire más limpio, como sugiere la propuesta del Consejo. Ser pobre no debería significar que tu salud sea menos importante."

El compromiso de la Presidencia española del Consejo ha garantizado una posición negociadora antes del final de su mandato, y ahora corresponde tanto a la Comisión Europea como al Parlamento Europeo garantizar que se logre una AAQD ambiciosa durante las negociaciones tripartitas, cuyo inicio está previsto de forma inminente.

Notas:

Las Directivas sobre calidad del aire ambiente (DCA) constituyen la piedra angular de la legislación de la Unión Europea destinada a regular y mejorar la calidad del aire en todos los Estados miembros. Su principal objetivo es proteger la salud humana y el medio ambiente estableciendo normas específicas de calidad del aire y límites de emisión para diversos contaminantes atmosféricos, como las partículas (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2), el dióxido de azufre (SO2), el monóxido de carbono (CO), el plomo (Pb), el benceno y el ozono (O3).

La contaminación atmosférica es responsable de unas 300.000 muertes prematuras al año en Europa, lo que la convierte en la principal amenaza medioambiental para nuestra salud. La contaminación atmosférica contribuye a una amplia gama de problemas de salud, como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, problemas respiratorios, diabetes, demencia, retraso en el desarrollo cognitivo de los niños y cáncer de pulmón.