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Enviamos quejas formales a tres gobiernos por vehículos excesivamente contaminantes

Hemos enviado, juntamente con otras ONG asociadas, quejas formales a los gobiernos del Reino Unido, Francia y Alemania por no atajar la contaminación excesiva de los vehículos diésel. Las pruebas sugieren que todavía hay millones de vehículos excesivamente contaminantes en nuestras carreteras, pero los gobiernos del Reino Unido y de los países de toda la Unión Europea (UE) no han tomado medidas. Deben exigir responsabilidades a los fabricantes de automóviles de una vez por todas para que proporcionen las soluciones necesarias para proteger la salud de los ciudadanos.

¿Qué es el Dieselgate y qué ha sucedido desde el escándalo?

El escándalo Dieselgate estalló en 2015 y reveló que millones de vehículos diésel de Volkswagen estaban equipados con un tipo específico de ‘dispositivo de desactivación’.

Los dispositivos de desactivación afectan al funcionamiento del sistema de control de emisiones de un vehículo bien desactivándolo o reduciendo su rendimiento fuera de las condiciones de prueba. Esto significa que durante la conducción normal, los vehículos con dispositivos de desactivación pueden emitir niveles de contaminación muy por encima de los límites reglamentarios. Esto es una mala noticia para la salud de las personas y para los consumidores que compraron estos vehículos.

Desde entonces, los programas de pruebas oficiales han demostrado que cientos de modelos de casi todos los grandes fabricantes de automóviles emiten niveles de contaminación extremadamente altos en condiciones reales.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el máximo organismo de justicia europeo, ha dictado una serie de sentencias que dejan claro que el uso de dispositivos de desactivación es ilegal, salvo excepciones muy limitadas.

A pesar de ello, los gobiernos de países de la UE y del Reino Unido han hecho muy poco para solucionar el problema que puso de manifiesto el Dieselgate. En muchos casos, no se ha sancionado a los fabricantes de automóviles ni se les han exigido responsabilidades para que aporten soluciones efectivas.

En su lugar, los consumidores individuales han tenido que luchar por una compensación económica en los tribunales, y estos vehículos excesivamente contaminantes siguen circulando por nuestras carreteras.

En contraste, Volkswagen se vio obligada en Estados Unidos a recomprar vehículos u ofrecer soluciones efectivas para las emisiones. La empresa también pagó casi 3.000 millones de dólares a un fondo fiduciario de mitigación para ayudar a los estados de EE.UU. a aplicar medidas para reducir la contaminación del transporte por carretera.

¿Cuál es el impacto en la salud?

La contaminación atmosférica tiene un efecto devastador en la salud y la calidad de vida de las personas, además de acortar la esperanza de vida.

Está relacionada con infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, puede frenar el crecimiento de los pulmones de los niños, empeora las afecciones respiratorias y puede aumentar el riesgo de hospitalización o tener peores consecuencias. También provoca cáncer, y cada vez hay más pruebas de su relación con otras patologías y con la demencia.

El transporte por carretera, especialmente los vehículos diésel, es una de las principales fuentes de aire contaminado en muchas localidades europeas.

Los vehículos diésel se relacionaron con 35.400 muertes prematuras en Europa en 2015, cuando estalló el escándalo Dieselgate.

¿En qué consisten nuestras quejas formales?

Un nuevo informe del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT, en inglés) revela que la epidemia de los dispositivos de desactivación dista mucho de haber terminado.

El análisis de la ICCT de las pruebas gubernamentales existentes sugiere que más de 200 modelos de vehículos de casi todos los principales grupos de fabricantes han notificado un exceso de emisiones tan elevado que indica la probable presencia de un dispositivo de desactivación ilegal. Se calcula que estos modelos representan 19 millones de vehículos en toda la UE y el Reino Unido.

Dada la magnitud del problema, su impacto en la salud de las personas y la falta de medidas por parte de los gobiernos y los fabricantes de automóviles, hemos decidido actuar, junto con France Nature Environnement y CLCV (Consommation, Logement, Cadre de Vie) en Francia, y Deutsche Umwelthilfe (DUH) en Alemania.

En nuestras quejas formales, solicitamos a los gobiernos nacionales que actúen sobre la base de estas pruebas y garanticen que la industria en su conjunto actúe para limpiar el desastre que han causado. La ley establece que las medidas adoptadas para retirar y revisar vehículos en Francia y Alemania podrían desencadenar un efecto dominó de medidas equivalentes en toda la UE, incluida España.

Nuestra abogada, Katie Nield, ha declarado: "Más de siete años después del primer escándalo Dieselgate, es asombroso ver que apenas ha cambiado algo. Hemos enviado quejas formales a tres gobiernos nacionales para exigir que se aborde de una vez por todas el sucio legado del Dieselgate. Esto fue una traición a la confianza de los consumidores y del público, y las autoridades no pueden seguir dejando que los fabricantes de automóviles no asuman sus responsabilidades."

¿Qué deberían hacer los gobiernos y los fabricantes de automóviles?

La ley exige a las autoridades nacionales que investiguen activamente el problema y obliguen a los fabricantes a tomar medidas correctoras cuando se detecte el uso de dispositivos de desactivación ilegales.

En la práctica, esto significa retirar y revisar los vehículos del mercado y adaptarlos para eliminar definitivamente los dispositivos de desactivación de coches y furgonetas. Las normas dejan claro que los propietarios de los vehículos no deben correr con los gastos de las llamadas a revisión.

Katie Nield ha comentado: "En un momento de crisis del coste de la vida sin precedentes, es más importante que nunca que los gobiernos garanticen que los fabricantes de automóviles paguen la factura de limpiar los vehículos excesivamente contaminantes que vendieron a la gente".

Además, dado el legado del Dieselgate, consideramos que lo justo es que los fabricantes de automóviles contribuyan a un Fondo de Limpieza del Dieselgate que los gobiernos nacionales pudieran utilizar para reducir la contaminación del transporte por carretera. El dinero podría utilizarse para financiar:

  • Planes de ayuda y apoyo para que las personas y empresas, especialmente las personas con bajos ingresos y las pequeñas empresas, asuman formas de transporte más limpias.
  • Inversión en redes de transporte público.
  • Programas de modernización de los autobuses diésel más antiguos y otros vehículos pesados para que cumplan las normas de emisiones más estrictas.

Este documento (en inglés) contiene más información sobre lo que consideramos que deberían hacer los gobiernos para abordar el legado del Dieselgate.

Si las autoridades no actúan con rapidez para cumplir con sus obligaciones legales en este asunto, nosotros y nuestras ONG asociadas podríamos iniciar procedimientos legales formales ante los tribunales nacionales.