La Unión Europea (UE) importa grandes cantidades de langostino de acuicultura y silvestre procedente de terceros países para satisfacer la creciente demanda.
Según los datos de EUMOFA, el 32% de las importaciones de la UE de langostino Penaeus, principalmente langostino tigre y langostino blanco, en 2021 procedía de Ecuador, lo que le convierte en el mayor proveedor de la Unión. Los principales países europeos importadores fueron España (34%), Francia (20%) e Italia (14%).
El tratado de libre comercio que Ecuador firmó con China el 3 de enero de 2023, que incluye el langostino, probablemente potencie la producción de esta especie en Ecuador en los próximos años.
Los criaderos de langostino argumentan que exportan langostino 'orgánico': nos gustaría que estas importaciones fueran objeto de un seguimiento, porque hemos demostrado que los grandes criaderos de langostino, que han causado violencia, desplazamientos de la población y la destrucción de los manglares, siguen utilizando productos químicos y vierten sus desechos al mar, lo que acaba con nuestra fauna silvestre.
Activista procedente de las zonas costeras de Ecuador entrevistado para la elaboración de este informe (no se ha divulgado su nombre para proteger su seguridad).
El cultivo de langostino se ha identificado como el principal motor de la destrucción de los manglares en Ecuador. Según la Corporación Coordinadora Nacional para la Defensa del Ecosistema Manglar de Ecuador (CCONDEM), más del 70% del ecosistema manglar de Ecuador se vio destruido por las piscinas de langostinos desde el establecimiento de las granjas de langostinos.
La destrucción de los manglares, que se han adaptado a vivir y luchar en las aguas costeras y saladas de las regiones tropicales y subtropicales, está afectando a las comunidades costeras tradicionales y socavan los esfuerzos realizados en la lucha contra el cambio climático y sus efectos.
Las comunidades costeras tradicionales han gestionado los manglares durante siglos y viven y dependen de los recursos que estos generan, incluidos los productos pesqueros. Pero los bosques no solo son ecosistemas altamente productivos que resultan fundamentales para la seguridad alimentaria; también tienen efectos atenuantes ante eventos climáticos, ayudan a prevenir la erosión y son eficientes a la hora de almacenar el carbono.
La industria del langostino nos dejó sin empleo y los manglares que destruyó eran la herencia que les íbamos a dejar a nuestros hijos para poder vivir de este ecosistema. Los últimos manglares que quedan son los que proporcionan el sustento a nuestro pueblo a través de los productos pesqueros.
Activista procedente de las zonas costeras de Ecuador entrevistado para la elaboración de este informe.
Grupos organizados de la sociedad civil procedentes de las comunidades locales tradicionales de Ecuador declaran que pueden tanto preservar los bosques de manglares como vivir de los recursos que estos generan, tal y como llevan siglos haciéndolo.
Sin embargo, la creciente producción acuícola para responder a la demanda mundial de langostino probablemente ejerza un impacto aún mayor en el ecosistema manglar y en los pueblos que dependen directamente de él.
Las empresas y los inversores europeos de productos del mar deben realizar su proceso de diligencia debida en todas sus carteras y cadenas de valor para identificar los impactos negativos que puedan tener sobre el medioambiente y los derechos humanos, adoptar medidas para evitar impactos potenciales y abordar los que ya existen. Particularmente, las empresas de productos del mar deben mejorar la transparencia y la trazabilidad de las especies con las que comercializan y evitar el suministro de productos para los que no puedan garantizar una sostenibilidad social y medioambiental.
Si eres una empresa española de productos del mar y comercias con langostino de Ecuador, es probable que te enfrentes a riesgos ocultos. Evitar contribuir a la degradación medioambiental o a las violaciones de los derechos humanos empieza por entenderlos.